lunes, 18 de julio de 2022

Historia de Engracia y la aldea maldita

Voy a subir este relato a la sección de historias. No es de historias ocultas o mágicas de Lavapies. Pero es de un sitio que ya siento como mío. 



Estos días están siendo muy intensos. Mi amigo donde me quedo, lleva reahibiltando la casa desde hace años. Pero los obreros no le duran, o derrepente hay una fuga de agua. Seguí investigando y hay un montón de árboles de fruta manzanos, avellanos, perales etc pero ninguno da frutas. Lo único que da fruto aquí son las zarzas y los endrinos. Sólo las plantas que dan fruto con pinchos.


Ayer hablando con el pastor me dijo que a las ovejas y a las vacas hay que llevarlas a otro sitio a parir porque sino aquí abortan. Y que aún así los animales, mueren sin una razón aparente. Entramos al corral, estaban todas las gallinas bien, pero derrepente una de ellas murió. 


Mi amigo me dijo que cuando llegó al pueblo abandonado. Se encontró vacas muertas, algunas colgando de las vigas. Me enseñó unas fotos horribles. Y le dije que como se había decidido por este sitio, que yo hubiese cogido otro. El me contó que lo vio de lejos con su pareja, se acercó y sintió como una responsabilidad karmica con el sitio. Y decidieron comprar una de las casas. 


Decidí apartarme, cerré los ojos, e intenté buscar el motivo, y todo me llevaba a Engracia. Asique la pregunté, me dijo que aquí había mucho dolor. Empecé a visualizarla de color cada vez más oscuro, aparecieron unas nubes negras, y caían rayos, pero su sonido eran disparos no el sonido normal del rayo y dónde caían los rayos brotaba sangre. Seguí hablando con ella, aunque costaba más. Me comentó que en época de la guerra, estaban ella y su marido en casa. Ella estaba embarazada y su marido había intentado zafarse y no ir. Tenía que cuidar de su mujer y de la nueva criatura. En otoño vinieron unos vecinos del pueblo de al lado, con fusiles. Les pidieron que entregasen todos los víveres. El pidió clemencia, que ella estaba embarazada. Engracia rompió a llorar, la sangre que provocaba los rayos era más abundante. Los dos se negaron.. entregar los víveres era morir por el duro invierno. En las otras casas había miradas, pero no hicieron nada. Le dieron un culatazo en la barriga a Engracia, y después otro y otro. Julián, se lanzó a por ellos. Pero uno de ellos le disparó, callo al suelo. Hubo un pequeño charco de sangre. Se llevaron los víveres. Ella estaba paralizada, llorando y gritando. Cogió la llegua y una pistola de su marido. Fue detrás de ellos y asesinó a los tres dejándoles en la cuneta. La llegua callo herida río abajo. 


Abrace a Engracia, yo ya había llorado con la historia. Pero le envié todo el amor que pude. Le dije que sentía tanto dolor. Ella me condujo al sitio donde habían matado al marido. Me pidió que escarbase y encontré una bala. Yo coji unos cuarzos rosas, intentando dirigir luz y amor al sitio, ella lloraba. Yo sentía un malestar terrible, pero seguí haciéndolo hasta que se calmó. Y después fuimos a la carretera. Encontramos la yegua, restos, y una piel seca como un tambor. Huesos blancos que crujían de solo tocarlos. Hice el mismo proceso por la llegua y por ellos tres. Me pidió que me llevase la herradura. Que ellas me servirían en el futuro. 


Me estuvo contando que ella termino abortando. Se convirtió en una apestada del pueblo. Tuvo que enterrar ella sola a su marido. Y según ella se le apareció un ángel que le dijo que si ella quería que ningún animal partiría ni ningún animal daría fruto, para vengar el que nadie saliese ayudarles. Ella tenía miedo, tristeza, y desde la rabia dijo que si. Todos los vecinos la escucharon hablar. Volví a abrazarla y a darla amor. La dije que eso no era la solución, y seguimos debatiendo y amando.


Le pregunté a mi amigo si le sonaba alguna Engracia. El ha leído mucho sobre el lugar y sus sucesos. Y nada. Le pregunté al pastor y nada. Y luego dijo, me suena que mis abuelos me contaron algo de una Engrasi. Una mujer que aborto, se volvió loca y estuvo haciendo cosas raras.Y le dije, no se volvió loca. Eso me dijeron mis abuelos, incluso no pudieron enterrarla porque la encontraron colgada en el granero. Mira de esa viga. Me llene de indignación, di un zapatazo contra el suelo. Y le dije, no se volvió loca. La mataron al marido delante de ella, y el aborto fue provocado por una culata. Le enseñé la bala que llevaba en el bolsillo junto a un cuarzo rosa. Apresar de que a mí me tomase por loco también, le dije lo que había visto. Me miraba con cara de incredulidad, hasta que sintió como unas manos le apretaban el cuello ligeramente. Los pelos se le pusieron de punta y tenía miedo, su cara era de terror. 


Le conté que quería limpiar el lugar de esa maldición y dar todo el amor a Engracia y al lugar. Le dije que apartir de ahora, dibujase con su callado un corazón cada vez que entrase y saliese del pueblo. Y que lo hiciese también sobre sus animales. Me miró raro. Pero espero que me haga caso. 


Decretaré que las ortigas sean un elemento de purificación de este lugar. Que donde estén envíen su energía sanadora. 


Igualmente yo haré estos días algunas tareas de limpieza, de amor, y de contramaleficios. Os pido que me enviéis amor y luz, a mi, a Engracia y/o al pueblo. 





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